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Derivado de los procesos de globalización, en el ámbito de la construcción encontramos cada vez con más frecuencia, insumos y servicios que están valuados en otras monedas. Una correcta estrategia financiera permite el acceso a dichos bienes, manteniendo bajo control los riesgos asociados con el mercado cambiario.


Cuando se está planeando una edificación, es muy común encontrar que algunos de los insumos o servicios que quisiéramos utilizar ya sea en la construcción o en su equipamiento, estén cotizados en monedas distintas a la nuestra (MXN), las cuales están a veces sujetas a variaciones imprevistas e intempestivas en su cotización y que, a lo largo del tiempo de vida del proyecto, pueden arrojar montos considerables, desbalanceando nuestro presupuesto. Es por eso que muchos Clientes abandonan la idea de utilizar productos de importación y se limitan a adquirir los insumos que ofrece el país, aunque no sean necesariamente los idóneos. Si bien esto pudiera ser bueno para la economía nacional, quizás no lo sea tanto para su obra, sin embargo hay algunas estrategias que se pueden ocupar para blindarse contra el impacto de las fluctuaciones cambiarias. Veamos algunas de ellas:

 

1.- Comprar todo en Pesos

La solución más obvia, pero que no hay que pasar por alto. Si el volumen de compra representa una ventaja de negociación ante el proveedor, se puede intentar modificar las condiciones de venta para establecer un precio definitivo en pesos.

 

2.- Establecer un tipo de cambio fijo

Similar al anterior, pero a veces más fácil de negociar, es convenir con el proveedor y de antemano; un tipo de cambio fijo para un proyecto determinado. Es importante que el mismo quede plasmado en el contrato u orden de compra respectivo.

 

3.- Separar la mano de obra de los insumos

Muchas veces los proveedores presentan presupuestos en otras monedas e incluyen bajo la misma denominación insumos nacionales o mano de obra que ellos gastarán en pesos. En esos casos, se debe negociar que aquellos gastos que se hagan en moneda nacional, se separen de los costos de los equipos o insumos de importación y se hagan dos contratos separados.

 

4.- Crear una reserva de la(s) moneda(s) que se requerirá(n)

Si ya sabemos que, según nuestra planeación, vamos a requerir en el futuro realizar un gasto en otra moneda, podemos prepararnos comprando dicha moneda a su valor actual, para tener la certeza de que las fluctuaciones no nos van a afectar en el futuro, blindando así nuestro presupuesto. Además dado que esta estrategia no requiere que la compra se haga en una sola exhibición, sino que puede hacerse paulatinamente, se obtiene el beneficio adicional que supone el “Dollar Cost Averaging”; sistema que recomiendan los expertos para mitigar la volatilidad de las inversiones en los mercados financieros. 

 

5.- Comprar los insumos de importación en cuanto se disponga del monto

Esta opción funciona para la adquisición de insumos como equipos o materiales para su colocación inmediata, pero a mediano y largo plazo tiene dos desventajas significativas, y es que se requiere conocer perfectamente las especificaciones y las cantidades de lo que se adquiere, a veces con años de anticipación a su montaje o colocación, dificultando cambios que se pudieran dar sobre la marcha y por otro lado, se requiere el espacio físico dónde alojar dichas compras o incluso, si el tiempo es muy largo, prever el mantenimiento u obsolescencia de los mismos.

 

Cada una de estas estrategias debe ser analizada por la Gerencia de Obra en conjunto con su Cliente para determinar el mejor curso de acción en cada uno de los casos y para cada proveedor, teniendo así que para una misma obra es común adoptar una o más de ellas.

 

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